Las leyes de lo natural

María Platero, Las Reglas de la Naturaleza

María Platero, Las Reglas de la Naturaleza

 

María Platero / Olalla Gómez / Lola Guerrera / Amaya Hernández / Julia Llerena

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Dislocaciones disruptivas

Acción/reacción. En el mundo convencional dominan los comportamientos casi mecánicos en las cosas y en las personas. Todo cómodo y previsible.

Pero aparecen a veces en el mundo natural y también en el social, elementos sometidos a fuerzas contradictorias, con conductas absolutamente impredecibles y ajenas a patrones o modelos previos. Y nos situamos en el o ante el CAOS.

El espacio es el continente de todos los cuerpos que existen y parte de lo que ocupa cada cuerpo sensible, pero también hay espacios virtuales, imaginarios, creados y mantenidos por la fantasía, capaces de ser interpretados, vividos y sentidos en formas tan variadas como sujetos o individuos traten de aprehenderlo o comprenderlo.

Faltan anclajes firmes y sólidos en los que apoyar la percepción, faltan contenidos para llenar el vacío y facilitar que este se transforme en espacio, en contenedor de contenidos y, en otra dimensión, en algo tangible y susceptible de apropiación.

Qué difícil vivir y moverse en el caos y con espacios gaseosos, huidizos y tramposos.

El mundo es un modelo que se puede armar, construir, apilar, amontonar, segregar, formando un entramado de lugares y significados que se pueden recorrer, visitar, disfrutar o abominar. Puede hacerse al azar o bien guiados por una cartografía adecuada y apoyados en manuales de instrucciones. Mejor dejarse sorprender.

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Las leyes de lo natural muestra el trabajo de cinco jóvenes artistas españolas que desarrollan su trabajo en Madrid. Sin embargo, estos aspectos comunes son solamente una coincidencia que las sitúa en un contexto concreto. Todas ellas investigan sobre el tiempo y el espacio, con propuestas diferentes de reapropiaciones y contextualizaciones, combinando lo efímero con la eternidad y el vacío con la plenitud del lugar. Emplean la Naturaleza como lugar en el que crear sus efímeras instalaciones, o bien como protagonista de las imágenes que nos presentan, con una poética común. Nos hablan del espacio, del tiempo y de la memoria, siempre en conexión con la naturaleza, los espacios habitados, los espacios transitados.

Estamos hablando también del tiempo, de lo eterno y de lo efímero, de los ciclos vitales y del caos. El tiempo como ese elemento que siempre está presente y que todo lo condiciona.

Los trabajos aquí presentados parten de un concepto tomado de la naturaleza para llevarnos a otras realidades cotidianas, relacionadas con vivencias particulares, que llegan a ser universales.

En Las Reglas de la Naturaleza, María Platero “mide” el entorno natural, juega con escalas y formas, y valiéndose de reglas escolares, “revela lo absurdo de la ciencia a partir de medidas que no sirven para nada”, generando así una colección de imágenes a modo de falso estudio científico.

Olalla Gómez nos presenta un péndulo de Newton realizado con materiales de construcción cuyo movimiento está congelado. El tiempo se ha detenido justo antes de un catastrófico desenlace que todo podemos prever. Con esta pieza Olalla Gómez presenta una metáfora de una realidad económica construida con elementos propios del ámbito científico.

A partir de la escultura de un águila realizada con elementos vegetales, Lola Guerrera realiza una reflexión sobre lo que es eterno y lo efímero, en clave política esta vez. El águila, símbolo de poder en muchas civilizaciones y estados, es ahora una estructura realizada con elementos naturales, que con el paso del tiempo se han terminando marchitando.

Cambiamos de sala, y cambiamos de ámbito y de lenguaje. Pero Las Reglas de la Naturaleza nos recuerdan su presencia.

Amaya Hernández emplea el entorno natural como escenario eterno de sus construcciones que usamos para apropiarnos del espacio, que queda así limitado y nos ayuda a percibir el paso del tiempo.

Oscura rotación nos presenta la noche como el espacio en el que volvemos cíclicamente a un punto de partida, la regeneración del tiempo. A partir del poema de Borges La noche cíclica, Julia Llerena nos habla del futuro, “una noche que no pertenece a nadie”.

Carmen Sánchez-Blanco Palomera
Agradecimientos (todos) a Roberto Velázquez

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